¿Cuándo dejaremos de creer en Santa Claus?

¿Cuándo dejaremos de creer en Santa Claus?

 Por Julio Calderón

El día de ayer se publicó en la prensa que durante la Convención Nacional del partido Republicano, que se está llevando a cabo en Tampa, Florida, se mencionó entre muchas otras cosas que en el caso de México, se pretende un plan que “invite” a México a colaborar en la guerra contra el narco y el terrorismo.

Se mencionaba que “la guerra contra las drogas y la guerra contra el terror se han vuelto una sola” y por lo tanto se propondrá “una mayor coordinación de inteligencia y capacitación militar con México”

Parece ser que lo arriba mencionado es el resultado de una filtración del borrador que se pretende usar en esta convención.

Pocas veces la vida brinda oportunidades tan claras para demostrar la estupidez     -que en materia de decisiones políticas-  a los humanos nos inunda.

De manera infortunada para el creador del borrador, durante la escritura del mismo no se contemplaba que, en un lugar boscoso del centro de México, llamado Tres Marías, un grupo de policías, vestidos de civiles, iban a intentar detener con lujo de violencia un vehículo con placas diplomáticas en el que viajaban casualmente dos ciudadanos estadounidenses y un marino mexicano que se dirigían hacia un campo de adiestramiento militar, que opera en el estado de Morelos.

Repito nuevamente, los republicanos desean incrementar la inteligencia (¿?) y la capacitación militar con México.

¡Es de risa! ¡Llevamos casi noventa mil muertos en una guerra declarada al narco por la persona que habita Los Pinos y a nosotros nos van a invitar a ingresar a una guerra contra el narco!

¡Nos cuentan que la guerra del narco y del terror se han vuelto una sola! Seguramente no es terror lo que viven las personas de los pueblos del norte de México, tomados hace ya muchos años por el crimen organizado. Quizá siguen viviendo ahí porque les gusta esa vida ¿no?

Nos invitarán a una mayor cooperación para el adiestramiento militar. Supongo que este adiestramiento servirá para que los militares mexicanos sean más resistentes a las balas de las armas que los estadounidenses filtran a través de la frontera sur de su país, de manera rápida y furiosa, protegidos por decisiones del más alto nivel de su gobierno.

Nos invitarán a cooperar, cuando en medio del zafarrancho del pueblo quesadillero por excelencia, ante las preguntas sobre la identidad de los militares estadounidenses heridos, y sus actividades en nuestro país, los gobiernos de ambas naciones guardan total hermetismo.

Si hoy, que no hemos sido aún invitados a participar en su guerra, llevamos  el número de muertos que llevamos, si entramos en ella, ¡será inmejorable negocio poner una fábrica de ataúdes! ¿O quizá sirva con bolsas de plástico?

Todo esto solo me deja ver la enorme inocencia e ignorancia en la que vive sumido el pueblo norteamericano que votará a favor de esta y otras aberraciones que los republicanos están afinando. Por otro lado y tristemente no creo que los demócratas estén menos alienados.

También me muestra por enésima vez lo entreguista de nuestro gobierno, y lo desinformado que está nuestro pueblo.

¿Cuándo despertaremos los pueblos de nuestro sueño?

¿Cuándo dejaremos de creer en Santa Claus?